Sabemos que existen distintos tipos de roble que dotan al vino de ciertas características, entre ellos los más conocidos son el americano y el francés. Hoy en día también han cobrado mucha popularidad los provenientes de Europa del este como el húngaro o el ruso.
Históricamente el roble con más calidad ha sido el francés, simplemente porque ahí se desarrollaron los grandes vinos que hoy tomamos de referencia. La barrica es el vehículo para que maduren los vinos y que estos terminen de integrarse y balancearse después de la fermentación. El poro, propio del tipo de madera hará que la micro-oxigenación sea paulatina o más rápida.
En el caso del roble francés, el poro es más cerrado por lo que la evolución del vino es gradual. Esto aporta una gran estructura aromática y de color. También esta barrica permite seguir interviniendo en el proceso calentando las duelas y logrando tostados naturales al interior de la barrica para crear vinos con mucha personalidad. Es por eso que el Dr. Hans Backhoff siempre tuvo una fuerte inclinación por esta barrica ya que le permitía hacer cambios.
Hoy sabemos que esta barrica es la mejor opción para el desarrollo de nuestros vinos Monte Xanic logrando una mejor integración, fineza y el reforzamiento de la fruta para lograr un balance perfecto entre los procesos naturales del vino y el estilo de nuestro enólogo.